domingo, 9 de noviembre de 2014

CUENCA

CIUDAD DE CUENCA

Cuenca está ubicada en un valle interandino de la sierra sur ecuatoriana, zona 5, a una altitud de 2535m sobre el nivel del mar.Santa Ana de los Ríos de Cuenca es la capital de la provincia del Azuay y conocida como la “Atenas del Ecuador”. Goza de un clima típicamente templado, con una temperatura promedio de 17°C. Su población es de aproximadamente 500.000 habitantes y su superficie es de 15.730 hectáreas. Cuenca constituye un sistema de terrazas o placas de terreno, 4 en total, que le brindan un toque de relieve a la ciudad que en su mayoría se la puede considerar como plana, rodeada siempre por montañas. Estas terrazas son bañadas por varias corrientes de agua en donde se destacan 4 ríos que dan su nombre a la ciudad y son: el Machangara más hacia el norte, el Tomebamba que prácticamente corta la ciudad en 2, el Yanuncay y el Tarqui mas hacia el Sur que se unen para confluir como uno solo en el Tomebamba hacia el extremo este de la ciudad.Está considerada también como la tercera ciudad del país, luego de Quito y Guayaquil, en las que se asientan los poderes político y económico.
Cuenca fue fundada en el año 1557 por orden del Virrey del Perú, don Andrés Hurtado de Mendoza; su independencia fue el 3 de noviembre de 2820. Las características peculiares de su suelo y las circunstancias del mestizaje paulatino posterior, imprimieron en los habitantes una idiosincrasia única, que con el transcurrir de décadas y siglos fue labrando y forjando lo que es hoy Cuenca: el centro económico y cultural de una rica región del Ecuador, un país andino y a la vez tropical, caracterizado por contrastes y sorpresas. Años antes fue la ciudad incaica de Tomebamba, considerada cuna del inca Huayna Cápac, a su vez construida sobre lo que se cree fue Guapdondelig, urbe de la nación cañari que habitó la región centro sur del Ecuador actual.
El primero de enero de 1999, en la ciudad de Marrakech, en Marruecos, Cuenca fue designada como Patrimonio Cultural de la Humanidad e inscrita en la lista de Bienes Patrimoniales de la Humanidad, el 4 de diciembre del mismo año. Pero, más allá de esta declaratoria, la ciudad es patrimonio de la cultura de los hombres, desde siempre, por su situación privilegiada, por su arquitectura, sus vestigios arqueológicos, sus producciones artísticas y literarias, su rica tradición oral y por la serie de elementos intangibles que constituyen su esencia e identidad: cultivos, comidas, fiestas, todo lo cual hace que el conglomerado humano que la habita y los innumerables visitantes que recibe sean, en verdad, privilegiados.

Su Centro Histórico está constituido por una ciudad de aires coloniales, pero que es, en verdad, republicana, pues la mayoría de sus atractivas construcciones proceden del siglo XIX. Hay también algunas edificaciones del siglo XVIII, sobre todo los dos conventos de clausura.  Pero lo que resulta particularmente atractivo es el aire similar del conjunto, solo alterado por algunos alardes de modernidad, en edificios de la década del cincuenta y sesenta del siglo XX. 

Parque Abdón Calderón



Este parque se encuentra en pleno centro de Cuenca y constituyó el eje del estilo Damero para la construcción de la ciudad en los primeros años de la ciudad española. A su alrededor tiene edificios como la Catedral, el Municipio y la Fundación Turismo para Cuenca. En medio del parque está la estatua en honor a Abdón Calderón, a su alrededor están los 8 pinos traídos desde Chile y sembrados por el propio presidente Luis Cordero. Está ubicado entre las calles Simón Bolivar, Mariscal Sucre, Benigno Malo y Presidente Córdova.

Catedral de la Inmaculada Concepción (Catedral Nueva) 




Representa el más grande e importante monumento a la fe de los católicos cuencanos. Los planos de la catedral fueron elaborados por el hermano redentorista alemán Juan Bautista Stiehle, quien siguiendo los lineamientos dados por el Obispo León Garrido, diseñó un templo de dimensiones colosales, cuya construcción empezó en el año de 1885 y se prolongó por casi cien años. Esta edificación combina varios estilos arquitectónicos, predominando el rómanico en su forma general. Se pueden apreciar elementos góticos, como son los tres grandes rosetones, las ventanas bíforas de la fachada, los torreones y los vitrales de los muros. El estilo renacentista está representado principalmente por las tres grandes cúpulas cubiertas con azulejos de Checoslovaquia. El interior de este majestuoso templo, no deja a nadie indiferente. Predominan en las naves laterales, los bellísimos vitrales elaborados por el artista vasco Guillermo Larrazábal. En el centro, el gran baldaquino de estilo barroco y columnas salomónicas, presenta características muy similares a las del baldaquino de la Basílica de San Pedro en El Vaticano y está completamente cubierto con pan de oro. Se encuentra ubicada en la Calle Benigno Malo y Sucre.


Carmen de la Asunción


Construida aproximadamente en 1730, esta pintoresca iglesia situada junto a la Plaza de las Flores es una de las más antiguas de la ciudad y constituye una de las pocas muestras de la arquitectura religiosa colonial en Cuenca. Su planta es de estilo renacentista y su fachada se encuentra adornada por una elegante portada tallada en piedra, en la cual se observan interesantes esculturas de tipo barroco como las columnas salomónicas que enmarcan la puerta y las imágenes de San Pedro y San Pablo a los lados. En el interior se destaca el bello retablo colonial de corte neoclásico y el púlpito cubierto de pan de oro y espejos. Llaman también la atención el cielo raso con sus pinturas murales y en la parte posterior, el coro completamente cubierto con una malla, que tenía la finalidad de cubrir a las religiosas de claustro (carmelitas del convento contiguo) que ingresaban a cantar en él durante servicios especiales.
 Se encuentra ubicada en la Calle Sucre y Padre Aguirre.

Plaza San Francisco



Esta plaza es centro de venta de tejidos, especialmente del norte del país. Desde la época de la fundación se la conoce como la plaza de la feria y se ha comercializado en ella desde entonces. Está ubicada sobre la calle Presidente Córdova entre Padre Aguirre y General Torres.

San Francisco

Tras su llegada en la ciudad, construyen los franciscanos en este lugar el templo dedicado al "Señor de San Francisco". Esta orden permanece en Cuenca por casi tres siglos, hasta el año de 1860. Luego, ya a finales del siglo XIX, la antigua iglesia empieza a ser totalmente remodelada bajo la dirección de los sacerdotes Isaac Peña Jaramillo y José Ignacio Peña. Hoy en día se conservan aun, en el interior del templo, el gran retablo del altar mayor y el púlpito, cubierto con pan de oro y tallado en tiempos de la colonia con un hermoso estilo barroco.
 Se encuentra ubicada en la Calle Presidente Córdova y Padre Aguirre.
Museo del CIDAP (Centro Interamericano de Artes y Artesanías Populares)

En este lugar se puede apreciar una singular colección de arte popular americano. Cuenta también con un almacén de artesanía popular selecta.

Museo Taller del Sombrero – El Barranco

Es un espacio en el que se ha recreado un taller de compostura, donde se exhiben las herramientas  utilizadas para la transformación  de la paja toquilla. Adicionalmente en la  fábrica de sombreros se puede apreciar el proceso de elaboración del sombrero. El horario de visita es de Lunes a Sábado 08h00 a 17h30 y domingos de 09h30 a 13h00; la entrada es gratuita.

Museo Zoológico Amaru

El zoológico mantiene y expone más de 120 especies de animales vivos, la mayor parte nativos del Ecuador. Su objetivo es la educación, exhibición, recreación e investigación  de los recursos naturales, especialmente de los peces, anfibios y reptiles

Museo Remigio Crespo Toral

Aqui se guarda el archivo Municipal de Historia de la Ciudad de Cuenca con todos sus tratados, convenios, cartas, etc., sobre los que la ciudad se ha edificado. Además el local del Museo es una de las casas patrimoniales de la ciudad, ubicada en el Barranco.

Museo de las culturas aborígenes

Posee 5.000 piezas en exhibición al público, que corresponden a todos los períodos de la historia aborigen del Ecuador, constituyéndose así en el Museo Arqueológico más completo de la ciudad de Cuenca y de la región.

Museo Manuel Agustín Landívar

Museo de sitio, ubicado en el sector de Todos Santos, lugar en el que coexisten vestigios arqueológicos de diversos períodos históricos: cultura cañari, incásica y molinos de piedra construidos por los españoles.  En el museo se pueden encontrar piezas que dan testimonio de estas tres culturas.

Museo del Banco Central

Posee salas de arqueología, arte religioso del siglo XIX, etnografía y numismática. El museo se encuentra ubicado además junto al complejo arqueológico de ruinas incásicas más importante de la ciudad: Pumapungo. 

El Museo y el Parque Arqueológico de Pumapungo

Representan un reconocimiento de los valores de lo Cañari y lo Inca, culturas fusionadas a lo largo de los siglos, que han dejado una perenne huella de su identidad precisamente en la zona de la actual ciudad de Cuenca y su entorno. El Banco Central ha conservado los vestigios del barrio de la Tomebamba Inca, construida sobre la Guapondélig Cañari y hoy en día los mismos están bajo la responsabilidad del Ministerio de Cultura. El Parque Arqueológico cuenta con el respaldo académico de la UNESCO y es un espacio educativo alternativo, en el que el "Centro del Saber del Guacamayo y la Serpiente", desarrolla un programa permanente de formación e investigación en arqueología, donde lo cañari e inca merecen toda la importancia científica que los expertos le confieren. La biodiversidad andina, simbólicamente expresada en cultivos y presencia de aves, llena el espíritu compenetrado con las ruinas arqueológicas, entre las que se destacan las Kallancas (bodegas y cuartos para los soldados), el Aklla-huasi (viviendas de las vírgenes del sol), el Coricancha (adoratorio) y las terrazas de cultivo. En el parque se siente ese gran todo que forman con el hombre más de ocho mil plantas correspondientes a cuatrocientas especies nativas de los Andes y hermosos especímenes, dignos representantes de la flora y fauna andinas en un sitio privilegiado, concebido como un microcosmos de lo andino.

PATRIMONIO INTANGIBLE DE CUENCA

Fiestas
·         Diciembre es ideal para venir a Cuenca. Todo el color de la religiosidad popular  y el neo-barroco estallan el día 24, en el Pase de Niño. Sus reminiscencias solares las subraya el ritual de la chicha brindada a los priostes y a los asistentes, además del pan tradicional de la pascua navideña.
·         El fin de año está marcado por la alegría de la fiesta general. En cada esquina hallamos tablados de Año Viejo, donde, con grandes muñecos, imaginativos y grotescos, se representan escenas que satirizan el momento político nacional o internacional y hechos recientes.
·         La Semana Santa. Las procesiones del Domingo de Ramos tienen un rasgo poco ecológico, pero pintoresco: las palmas tejidas –algunas, verdaderas obras de arte popular- que llevan a bendecir los fieles, son cada una de ellas, una planta, que se trae desde las regiones cálidas de la provincia del Azuay, cuya capital es Cuenca. Gastronómicamente es la hora de la fanesca, otra de esas comidas pantagruélicas, en cuya preparación se usan doce ingredientes, según la tradición, en recuerdo del número de los apóstoles: granos tiernos: alverja, haba pelada, choclo, fréjol;  tres clases de calabazas: zapallo, limeño y sambo, también tiernos; arroz, lentejas, achocha, papas, col; todo se cocina por separado y se lo une y condimenta con la sazón cuencana, en leche, en la que se ha se ha cosido pescado seco, que luego se sirve sobre el plato, en una salsa dorada o escabeche.
·         Junio es el período de Corpus y el Septenario: procesiones y ceremonias rinden culto al Santísimo Sacramente, a lo largo de siete noches de globos, cohetes, castillos, y todo el repertorio de los fuegos de artificio populares, y siete días de bocados dulces, fruto de la pastelería tradicional, dispuestos en mesas coloridas a lo largo del muro sur de la catedral nueva y alrededor del Parque Calderón. Un banquete no solo para el gusto sino también para la vista. Allí están las arepas de maíz de distintos tonos, las anisadas, las quesadillas, las roscas enconfitadas y  de yema, los alfajores, los panes de viento, los pernilitos de camote y naranjilla, las cocadas, los huevos de faltriquera, los quesitos de manjar de leche y hostia, las bolas de coco, las naranjitas de zanahoria, las manzanitas de pan de dulce, leche, canela y yemas,  las peritas de piña, las moritas de remolacha, adornadas con papeles recortados que simulan tallos.

Gastronomía



·         Es importante la presencia del maíz en la preparación de muchas comidas como el tamal, el mote pata, el mote pillo y bebidas como la chicha, el rosero y el morocho.
·         El tamal cuencano está hecho de una masa de harina de maíz ligeramente cocida, que se rellena con carne de cerdo, huevos duros y pasas, se la envuelve en hojas de achira y se la cuece al vapor. Un regalo al paladar.
·         Buñuelo, pero lo fundamental de ellas es la dosis exacta de harina de maíz precocida con anís, a la que se añaden huevos y leche, batiendo a mano hasta el agotamiento. Las porciones de masa cremosa se fríen y doran en manteca de cerdo y se sirven con miel.
·         El mote-pata, quizá el rey de los platos típicos cuencanos, domina la mesa: una densa sopa de maíz pelado, en caldo de carne de cerdo, con pedazos de dicha carne, longaniza y tocino, y condimento de semilla de sambo (una calabaza muy común entre nosotros), tostada, molida y preparada en un refrito de cebollas y leche.
·         Chumales o humitas, hechos de maíz tierno molido, condimentado con huevo batido, mantequilla y eventualmente queso, cocido al vapor, en hojas del pucón que envuelve la mazorca, son el complemento del gran plato central.
Mitos y Leyendas
·         La Piedra Encantada: Esta leyenda cuenta que en el Barrio Obrero había una gran piedra que obstaculizaba el paso a una parte de la ciudad que era considerada alejada,  oscura y pantanosa. Esta piedra encantada tenía el poder de conceder el deseo que uno quisiese, sea dinero, amor, trabajo, bienes materiales o capitalizar venganzas. La piedra no hablaba con nadie y nadie escribía sobre ella. Decían que tenía memoria y que todo lo almacenaba en su interior. Además tenia el poder para castigar a los niños que eran desobedientes con sus padres por lo cual era de respeto por los traviesos menores de edad.Los adultos mantenían esta leyenda para mantener alejado a los niños de este sitio por tratarse un lugar para encuentros amorosos.
·         Los Gagones: Es una criatura imaginaria que tiene forma de un perrito faldero de pequeño tamaño y de color blanco. Este animal aparecía cuando personas con grado de familiaridad tenían relaciones prohibidas y los asustaba al dar gemidos que imitaban a los lloriqueos de un bebe recién nacido. Se creía que si se atrapaba al Gagón y se lo tiznaba de negro la frente con un carbón, las frentes de las personas que este animal había sorprendido también se tiznaban de negro.
·         El Cura sin Cabeza: En el popular barrio de San Roque, vagaba una figura que no tenía cabeza y vestía un atuendo de cura. Recorría las calles ya bien entrada la noche asustando a la gente que quedaba en las calle a esas horas, pero no era nada más que un pícaro religioso que acomodaba su atuendo por encima de su cabeza cubriéndola por completo para que todos se asustaran y nadie lo reconociera cuando visitaba a sus amantes en dicho barrio.
·         El Farol de la Viuda: Esta leyenda se suscitaba en el barrio de El Vado. Un figura femenina con el rostro cubierto y supuestamente demacrado que solo se hacia notar por las noches cargando un farol que rompía con la oscuridad. Se dice que vivía en una casa abandonada en este barrio y que al igual que el cura, usaba este artilugio para espantar a los curiosos mientras tenia sus encuentros amorosos por las noches.

Chola cuencana: 


es el arquetipo de la mujer mestiza de la región o símbolo vivo de la identidad mestiza, generalmente es la mujer campesina dedicada a labores agropecuarias. Su atuendo es un icono folclórico ya que usa una pollera, blusa blanca con adornos bordados, un chal o paño fino, su cabello recogido con trenzas y un sombrero de paja toquilla (elaborado por las cholas cuencanas en muchos de sus casos y siendo reconocido mundialmente como un producto de alta calidad y ha llegado a ser sinónimo de elegancia y distinción.), además usa alpargatas o en los últimos tiempos zapatos de charol.

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